DESPEDIDA

Bueno, gentecilla. Se acabó todo.
¡Nueve meses! Pfff...

Me da penita terminar esto. ¿Qué voy a hacer yo si no estoy pensando ideas para la historia? Tendré que aficionarme a otra cosa.

Muchas gracias por haber aguantado la historia durante tiempo, lo dejo muy orgullosa.

Y... ¡no sé qué poner! Que me da muchísima pena. No quería que llegase el momento de la despedida pero, ya era hora.

Seguiré leyendo vuestros blogs, no os libraréis de mí. ;) Me veréis comentando como "Gori". Así os acordaréis de "Sólo por ti".

¡Jo! Es que es demasiado tiempo, no sé cómo despedirme... Gracias a todas, que sois muchas, las que habéis seguido, habéis leído o, simplemente, os habéis aburrido soberanamente leyendo la historieta esta. Yass, Albita, Ire, Mayte, Ale, etecés etecés.

El blog va a estar abierto hasta que blogger lo cierre, no lo voy a borrar así que, ¡SEGUID RECOMENDÁNDOLO! Yo seguiré entrando a ver si hay algo, o a ver si blogger se ha desecho ya de la página.

Bueno pues... pasadlo bien, enganchaos ahora a otra historia y, recordad siempre que SÓLO POR VOSOTRAS empecé a escribir el blog y que SÓLO CON VOSOTRAS habría podido llegar a 32 capítulos, superando altibajos, sí, pero conseguimos llegar.

Muuuuuchos besines, y acordaos que es mejor no cambiar la vida por amor.

:D

ÚLTIMO CAPÍTULO

Tras la puerta entreabierta se asomó una silueta que en seguida reconocí. Quizás fue el rencor, quizás la ira, quizás la incosciencia pero, fuera por lo que fuese, María recibió un buen puñetazo que la dejó tirada en la entrada de la casa sangrando notablemente por la nariz.
¿Qué rayos hacía María en casa de Hugo? No me importó el motivo de su estancia ni su nariz rota. Simplemente seguí caminando a lo largo del pasillo apretando los puños hasta que encontré a Hugo sentado en el sofá de la sala de estar en un estado caótico: temblaba, miraba asustado y frotaba constantemente sus manos contra la tela azul de sus pantalones vaqueros. ¿Estaba arrepentido de lo que le había hecho?
- Ester, tengo miedo.- dijo aún más tembloroso mientras me hacía señas para que me acercara a él.
- ¿Por qué le has matado?- me senté en el sofá, a su lado, y acaricié suavemente su rodilla.
- ¡Yo no he sido, Ester! Ha sido ella...- dijo susurrando.- Ella le ha matado, y ahora me quiere matar a mí.
- ¿Quién, Hugo?
- María.
¡¿Qué?! Me levanté súbitamente y agarré a Hugo de una muñeca para correr con él hacia una salida. Pero María apareció en el salón antes de que pudiéramos dar un paso. En una mano llevaba un ladrillo mientras que con la otra se tapaba la nariz, que aún sangraba.
Ya sabía cuál era mi final, y era una causa perdida luchar para evitar lo inevitable, así que me situé frente a Hugo y le di un beso mientras María aprovechaba para acercarse amenazante.
Ahora estoy en el hospital. Mis padres lloran, Vero también. Creo que Hugo está muerto, pero no me importa, porque siento como en breves momentos tendré que dejar de escribir para estar con él de nuevo. Moriré vestida de verde y aún con el sabor de sus labios en mi boca. Ahora entiendo por qué estuvo María en un hospital, por sus ataques homicidas. Me gustaría despedirme de Vero y de Álvaro, les voy a echar de menos.
Pero tengo que dejar de escibir, se me están durmiendo los brazos. Cambié mi vida por amor y ahora esto se verá recompensado: estaremos juntos eternamente. Mi vida ha merecido la pena sólo por ti, Hugo...

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